Un lugar en el cielo…, la vuelta del viaje a Cuzco, Perú.

septiembre 27, 2022
septiembre 27, 2022 Anna Boyé

Acabamos de llegar a España después de viajar a Perú, una ruta por la cosmología inca y por las sociedades igualitarias Quero, Huilloc y Uros. Un tiempo de reflexión para las viajeras y viajeros. Un lugar del cielo en la tierra donde los valores humanos priman sobre el comercio y la economía desaforada de nuestra sociedad capitalista. Cuzco lugar de la Coricancha (templo del sol), tierra de los Aphus de las montañas y de la Pachamama que nos cuida. De los rituales a la tierra con hojitas de coca, con feto de llama, dulces, hierbas de las montañas de Ausangate y sobretodo mucha fe para dar las gracias por todo lo que la vida nos ofrece cada día.

Comenzamos  la aventura en Cuzco

Visitamos a Lorenzo y Lucía en su casa del cerro de Mama Simona. Allí nos recibe toda la familia al tañido de una caracola marina en señal de  bienvenida, luego vendrá la limpieza espiritual, el hablar de la cultura y de la comunidad quero de las montañas.  Después la comida… Disfrutamos del plato de chicharrón (cerdo) y carpa frita con arroz y papas que nos han preparado, a mi me sorprende ver que hay un hijito más en la familia. Felicidades!

La Nación quero es una comunidad basada en el ayllu(en una población a la casa y a la familia se las llama ayllu, pero también al conjunto de casas y familias que estructuran la sociedad), donde la energía comunal de carácter femenino-masculino vive en un equilibrio casi perfecto, y en el ayni, la reciprocidad en el trabajo, en la siembra, en el cuidado de los animales, porque “todo es uno, todos somos”. En esta sociedad mujer y hombre ejercen su autoridad de mutuo acuerdo. Ambos son complementarios. 


Ahora es tiempo de recorrer el Valle Sagrado y el Santuario de Machu Picchu construido durante  la primera mitad del siglo XV, es Patrimonio de la Nación.

Está edificado con un gran conocimiento de ingeniería hidráulica muy avanzada a la época. Fue un centro religioso, de estudio y político de los incas. Machu Picchu está dividida en dos grandes zonas: la agrícola que comprende una red de terrazas artificiales, y la urbana formada por construcciones y plazas entre las cuales destacan los templos del Sol, de las Tres Ventanas, del cóndor… Paseo por las salinas de Maras, Chinchero, Ollantaytambo… maravillas!

Nos dirigimos a la comunidad huilloc, la “Comunidad Inca viviente”. Estamos alojados en la casa de Melquíades Sinchi y Aurelia Usca. Melquíades es descendiente directo de la nobleza inca. Su antepasado, Wayna K’apak Qhapaq, emperador del Cuzco, fue el antepenúltimo inca del Tahuantinsuyu. Aurelia y Melquiades son humildes, acogedores y amorosos. Se trata de compartir durante un tiempo la vida y las costumbres de la familia y de su gente. Nos reciben con una infusión de mate de muña. Tienen una gran habitación dedicada al hospedaje. Hay en la comunidad 30 estancias de esta modalidad de turismo vivencial, como le llaman aquí, repartidas en las casas de la aldea. Habitaciones austeras y limpias.

La comunidad huilloc con su generosidad nos acoge

…y nos enseñan los tapices que tejen las mujeres de cada familia. Obras de arte con dibujos de flores, llamas, cóndores… que expresan su historia.

Hoy las mujeres hilan y elaboran chalinas, mantitas, pasadisos… Es un trabajo difícil de aprender para nosotras. Mas tarde nos mostrarán también como bailar el cortejo de las Wallatas durante su ritual de apareamiento, se le llama el baile de la Wallata. Las wallatas son aves que residen en las lagunas altas andinas y que representan la fidelidad y el orden.

Durante nuestra estancia en la comunidad y para ayudar a Melquiades con la comida ha venido expresamente su hermano que es cocinero. Ambos y Aurelia nos preparan primorosos almuerzos. Siempre un entrante delicado como aguacate o maíz, una sopa deliciosa de chuño o verduras y diferentes platos de trucha, alpaca, pollo, chancho (cerdo) cocinados a la manera huilloc con papas, arroz, zanahoria… Una delicia para los sentidos y una estética depurada que nos asombra cada día. 

Hoy realizamos una excursión que circunda el valle de la comunidad huilloc. Hay que ir despacito porqué estamos a 3.665m, y a esa altura la falta de oxígeno dificulta la respiración. Melquiades nos acompaña a la tierra de una prima suya y nos muestra como hacer los rituales de fecundidad del ganado. Tienen como finalidad asegurar el bienestar y la fertilidad del rebaño. Primero se coge con el lazo una alpaca y se la tiende en el suelo tapándole la cara con una mantita para que no vea la luz del sol y entonces se invoca a la Pachamama (tierra) y a los Aphus (espíritus de las montañas) a través de las hojas de la coca y se pide por la salud del animal… Son costumbres ancestrales que la comunidad conserva para honrar a los antepasados.

La comunidad ha elaborado un pequeño libro de ética que nos enseña a contemplar la vida de otra manera. Dice el librito:

“La sabiduría, a diferencia del conocimiento inteligente, es la acumulación de saberes enraizados en el instinto y la experiencia, y expresados en las emociones. El instinto es una excelente ayuda para tomar decisiones. Se dice que la inteligencia es producto de las experiencias personales y el instinto de la experiencia de los antepasados.

Afirma, que:

Las responsabilidades se asignan observando las habilidades de cada uno de los integrantes del grupo, y explica, que hablando se agrada a veces, escuchando se agrada siempre Ninguna cultura es superior a otra, y existe un intercambio de aprendizaje y comprensión mutua con la cultura de la persona que nos visita, remata.

Ha llegado el momento de dirigirnos al Lago Titicaca, un paraíso para los sentidos.

Tiene una extensión de 8.300 km cuadrados. Explica la mitología cuzqueña que en tiempos antiguos solamente existían los ñaupa machus (seres ancestrales que vivían en las tinieblas), después el Inti (sol) creó una pareja divina: Manco Cápac y Mama Ocllo, su hermana y esposa, y dio luz a sus corazones. Ambos emergieron del lago Titicaca para civilizar a la población y fundar el imperio inca en Cuzco. 

Nos hospedamos en casa de la familia de Lucy, en Amantaní. Campos rodeados de eucaliptos, hermoso paisaje. Caminamos alrededor del lago por un caminito empedrado que da la vuelta a la isla, y hasta nos bañamos realizando el ritual de la abundancia, una ceremonia que oficia Alvina, nuestra sabia guía, que conoce las costumbres de las montañas. Estamos a casi 4.000 m. Nos relajamos y descansamos en la fuente de la Eterna Juventud, agua bendecida de las montañas. El cielo tiene un tono azul turquesa fuerte.

Componen nuestro grupo: Ángels, Eugènia, Marc, María, Mila, Lourdes, Maribel y Luisa, Albina, nuestra guía y yo misma. Somos un colectivo matriarcal,  amoroso. Hay cohesión y voluntad de aportar lo mejor de cada uno. Juegos de cartas y risas a partir de las 6 de la tarde, cuando se hace de noche. Sentimos un bienestar infinito del alma allí donde vamos. Salimos de nuestra zona de confort y para eso, a veces se requiere paciencia y ánimo. El mal de altura o soroche, los primeros días se hizo notar, ahora estamos muy bien. Aunque aquí no se vive con las comodidades a las que estamos acostumbrados en nuestras ciudades, se comparten los valores de las personas sencillas y limpias de alma. Un aprendizaje constante. Uno no vuelve indiferente de esta aventura peruana…

   

Por primera vez conoceremos  la comunidad igualitaria Uros que viven en islas flotantes artificiales, construidas sobre el lago.

Elaboran sus islotes con terrones de tierra y totora, atados con cuerdas y juncos. Cada día hay que revisar el trabajo. Hoy visitamos la isla donde viven Liliana y Dino con  sus familiares. Ellos hablan aymara y español y tienen dos hijos. Me explican que aquí las relaciones son muy estables y que cuando una pareja se conoce, primero hay una convivencia de dos años, y si funciona bien, durará toda la vida…

La isleta tiene unas dimensiones de 30 m x50 m. A todas luces un muy pequeño espacio de tierra a la que están acostumbrados. Viven 22 personas, la comunidad la conforman 400. Fue elaborada hace 18 años. Entre  los totorales hay una isla flotante mayor que hace de escuela a los niños y niñas de la comunidad y está financiada por la municipalidad de Puno. También el estado  ayuda a la población con placas solares.

La comunidad vende su artesanía y tejidos a los turistas. Es una existencia sencilla que se nutre con la pesca, la recolección de huevos y la caza de aves de la que se ocupan las mujeres y los hombres. Los jóvenes salen a trabajar a Puno pero siempre vuelven, ya están acostumbrados a esta forma de vida. En la comunidad este año hay un presidente hombre que es su representante, pero el próximo año este cargo le tocará a una mujer, se van alternando. Mujer y hombre de la mano.

Caminamos en círculo sobre los juncos que se hunden un poco a nuestro paso. Todo ello produce una sensación de que a nuestros pies no hay nada sólido. No se escucha ningún ruido,  solo el crujir de la totora al caminar… Una tiene la sensación de vivir en  un universo paralelo.