Cuadraditos de colores

Me dejo llevar por esta línea de puntos, que bajo mis pies, traza el camino hasta la playa, y el cielo se llena de  aviones. Uno  se imagina el Prat desde arriba y desde abajo a la vez. Desde arriba todo son cuadraditos de colores: rojo, plata, marron-claro y verde. Desde abajo los edificios sencillos, espléndidos, solemnes, austeros y humildes nos hacen sentir la delicadeza de esta ciudad.

Uno no puede sustraerse al hecho de haber estado aquí. Y como si de un sueño se tratara vuelve cada noche a recorrer el barrio de Ribera Baixa, la finca de La Ricarda, L´ Artesa, la calle Frederic Soler, el Parc Nou, la Plaça Catalunya… y se acerca despacito hasta el mar aturdido de tanta proximidad.

Recuerdo con nostalgia como se apresuran las amas de casa hacia el Mercado Municipal, o como los domingos de fiesta se reúnen las familias en la Plaza del Ayuntamiento para acompañar al Pere y la Paulina los gigantes-pagesos. Imagina como el verano se vuelve invierno durante la fiesta de la espuma en el Centre Civic  Jardins de la Pau. Y se sorprende al comprobar la calidez de este paisaje urbano tan lleno de contrastes.

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